Rosa divina que en gentil cultura
eres, con tu fragante sutileza,
magisterio purpúreo en la belleza,
enseñanza nevada a la hermosura;
amago de la humana arquitectura,
ejempio de la vana gentiliza,
en cuyo sér unió naturaleza
la cuna alegre y triste sepultura:
icuán altiva en tu pompa, presumida,
soberbia, el riesgo de morir desdeñas,
y luego desmayada y encogida
de tu caduco sér das mustias señas,
con que con docta muerte y necia visa,
viviendo engañas y muriendo enseñas.